Desestimada la demanda de Roca por la gran invalidez de un ex-trabajador de 95 años


El Juzgado Social 16 de Barcelona ha desestimado la demanda interpuesta por la multinacional Roca contra la resolución del INSS que determinaba la situación de gran invalidez derivada de una silicosis de origen profesional de un ex-trabajador de la fábrica de Gavà (Barcelona) de 95 años

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La empresa alegaba, contra el criterio de los informes médicos y del servicio de evaluaciones médicas (SGAM), que el agravamiento del estado de salud del ex-trabajador que actualmente le obliga a someterse a oxigenoterapia las 24 horas del día no deriva de la silicosis severa provocada por la exposición al polvo de sílice en el puesto de trabajo a pesar de que el origen laboral de la dolencia ya se estableció en 1976

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45 años después de que la Seguridad Social reconociera la situación de incapacidad permanente en grado de absoluta derivada de una silicosis severa causada por la exposición al polvo de sílice en el lugar de trabajo que afectaba un empleado de la fábrica de Roca en Gavà, la multinacional ha vuelto a acudir a los juzgados para cuestionar el origen laboral de la patología de su ex-trabajador, ahora ya con 95 años y obligado a someterse a oxigenoterapia las 24 horas del día. En esta ocasión, el principal fabricante de lavabos y sanitarios de España lo ha hecho para impugnar la resolución del INSS que, a instancias de los médicos del SGAM (antiguo ICAM) han revisado el grado de discapacidad de la persona, elevándolo a la condición de gran invalidez por el agravamiento de la patología reconocida en 1976.

La demanda interpuesta por la multinacional catalana ha sido desestimada por el Juzgado Social 16 de Barcelona que ha acusado la empresa de fundamentar su pretensión sobre «meras apreciaciones subjetivas, huérfanos de cualquier prueba» que permitan poner en cuestión que el empeoramiento de la estado de salud del ex-trabajador deriva «de un agravamiento de la patología por silicosis y no por dolencias de carácter común». Un extremo que, por el contrario, los facultativos del SGAM consideran acreditado, atribuyendo el cuadro clínico actual de EPOC, silicosis avanzada con fibrosis pulmonar e insuficiencia respiratoria crónica a un agravamiento de la patología que desde hace más de 4 décadas, cuando tenía 50 años, le ha impedido desarrollar cualquier actividad profesional y ahora le obliga a recibir oxígeno las 24 horas del día y requerir de ayuda de terceros para cualquier actividad cotidiana.

Un largo historial de reproches judiciales

Aunque tradicionalmente la silicosis es una enfermedad que se ha relacionado con la minería, son muchos los sectores productivos en los que el sílice se ha utilizado y las personas trabajadoras se han visto expuestas a su peligroso polvo, a menudo en condiciones de incumplimiento de la normativa específica de prevención de riesgos laborales, una de las primeras en ser aprobadas en España.

En la fábrica de Roca en Gavà (Barcelona), el sílice ha sido una presencia absolutamente habitual, pues este mineral es una de las principales materias primas que se utilizan en la fabricación de los lavabos y sanitarios que constituyen el más conocido de los productos comercializados por la multinacional. Desgraciadamente, ha sido habitual también la insuficiencia, cuando no la total ausencia, de medidas de seguridad para proteger la salud de los trabajadores de la fábrica frente a la amenaza de la exposición al sílice o el amianto, también presente en altas cantidades en las instalaciones de la multinacional. Así lo determina un largo historial de sentencias judiciales, incluyendo resoluciones del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que consideran probada la existencia de responsabilidad empresarial por las patologías y defunciones que han afectado a trabajadores y ex-trabajadores de la factoría.

Àlex Tisminetzky, abogado de Colectivo Ronda, ha sido responsable de buena parte de las demandas que han propiciado estas sentencias condenatorias contra la multinacional. En este caso, también se ha hecho cargo de la representación de la ex-trabajador de Roca en un procedimiento en el que la empresa pretendía volver a cuestionar la etiología laboral de las dolencias que le han acompañado durante más de 40 años con graves limitaciones sobre su calidad de vida. «Este es un procedimiento injustificable desde cualquier punto de vista, incluido el jurídico», lamenta el abogado. «Evidentemente, el envejecimiento favorece y facilita el agravamiento de una patología -prosigue el abogado- Pero esto no tiene ninguna implicación sobre el origen laboral de la patología objeto de agravación. Y en este caso, estamos ante el empeoramiento de una enfermedad que hace 45 años fue causada por trabajar inhalando sílice hasta el punto de verse afectada de forma crónica su capacidad pulmonar, con todas las consecuencias de pérdida de calidad de vida que esto le ha comportado durante todo este tiempo. Obligarle, con su edad y estado físico, dependiendo de una máquina que le suministra oxígeno de forma continua, a afrontar un nuevo procedimiento judicial por una cuestión tan evidente como es ésta representa una actitud que sólo se puede calificar de mezquindad y falta de humanidad ».

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La empresa alegaba, contra el criterio de los informes médicos y del servicio de evaluaciones médicas (SGAM), que el agravamiento del estado de salud del ex-trabajador que actualmente le obliga a someterse a oxigenoterapia las 24 horas del día no deriva de la silicosis severa provocada por la exposición al polvo de sílice en el puesto de trabajo a pesar de que el origen laboral de la dolencia ya se estableció en 1976

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45 años después de que la Seguridad Social reconociera la situación de incapacidad permanente en grado de absoluta derivada de una silicosis severa causada por la exposición al polvo de sílice en el lugar de trabajo que afectaba un empleado de la fábrica de Roca en Gavà, la multinacional ha vuelto a acudir a los juzgados para cuestionar el origen laboral de la patología de su ex-trabajador, ahora ya con 95 años y obligado a someterse a oxigenoterapia las 24 horas del día. En esta ocasión, el principal fabricante de lavabos y sanitarios de España lo ha hecho para impugnar la resolución del INSS que, a instancias de los médicos del SGAM (antiguo ICAM) han revisado el grado de discapacidad de la persona, elevándolo a la condición de gran invalidez por el agravamiento de la patología reconocida en 1976.

La demanda interpuesta por la multinacional catalana ha sido desestimada por el Juzgado Social 16 de Barcelona que ha acusado la empresa de fundamentar su pretensión sobre «meras apreciaciones subjetivas, huérfanos de cualquier prueba» que permitan poner en cuestión que el empeoramiento de la estado de salud del ex-trabajador deriva «de un agravamiento de la patología por silicosis y no por dolencias de carácter común». Un extremo que, por el contrario, los facultativos del SGAM consideran acreditado, atribuyendo el cuadro clínico actual de EPOC, silicosis avanzada con fibrosis pulmonar e insuficiencia respiratoria crónica a un agravamiento de la patología que desde hace más de 4 décadas, cuando tenía 50 años, le ha impedido desarrollar cualquier actividad profesional y ahora le obliga a recibir oxígeno las 24 horas del día y requerir de ayuda de terceros para cualquier actividad cotidiana.

Un largo historial de reproches judiciales

Aunque tradicionalmente la silicosis es una enfermedad que se ha relacionado con la minería, son muchos los sectores productivos en los que el sílice se ha utilizado y las personas trabajadoras se han visto expuestas a su peligroso polvo, a menudo en condiciones de incumplimiento de la normativa específica de prevención de riesgos laborales, una de las primeras en ser aprobadas en España.

En la fábrica de Roca en Gavà (Barcelona), el sílice ha sido una presencia absolutamente habitual, pues este mineral es una de las principales materias primas que se utilizan en la fabricación de los lavabos y sanitarios que constituyen el más conocido de los productos comercializados por la multinacional. Desgraciadamente, ha sido habitual también la insuficiencia, cuando no la total ausencia, de medidas de seguridad para proteger la salud de los trabajadores de la fábrica frente a la amenaza de la exposición al sílice o el amianto, también presente en altas cantidades en las instalaciones de la multinacional. Así lo determina un largo historial de sentencias judiciales, incluyendo resoluciones del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que consideran probada la existencia de responsabilidad empresarial por las patologías y defunciones que han afectado a trabajadores y ex-trabajadores de la factoría.

Àlex Tisminetzky, abogado de Colectivo Ronda, ha sido responsable de buena parte de las demandas que han propiciado estas sentencias condenatorias contra la multinacional. En este caso, también se ha hecho cargo de la representación de la ex-trabajador de Roca en un procedimiento en el que la empresa pretendía volver a cuestionar la etiología laboral de las dolencias que le han acompañado durante más de 40 años con graves limitaciones sobre su calidad de vida. «Este es un procedimiento injustificable desde cualquier punto de vista, incluido el jurídico», lamenta el abogado. «Evidentemente, el envejecimiento favorece y facilita el agravamiento de una patología -prosigue el abogado- Pero esto no tiene ninguna implicación sobre el origen laboral de la patología objeto de agravación. Y en este caso, estamos ante el empeoramiento de una enfermedad que hace 45 años fue causada por trabajar inhalando sílice hasta el punto de verse afectada de forma crónica su capacidad pulmonar, con todas las consecuencias de pérdida de calidad de vida que esto le ha comportado durante todo este tiempo. Obligarle, con su edad y estado físico, dependiendo de una máquina que le suministra oxígeno de forma continua, a afrontar un nuevo procedimiento judicial por una cuestión tan evidente como es ésta representa una actitud que sólo se puede calificar de mezquindad y falta de humanidad ».