Carlomagno retira el expediente de despido

La histórica firma textil de Igualada retira el expediente de despido, pero tiene un futuro incierto

La histórica firma igualadina dedicada a la fabricación de calcetines ha anunciado la retirada del expediente de despido colectivo planteado el pasado mes de noviembre que afectaba a la totalidad de la plantilla, integrada actualmente por 26 personas, y que también suponía el cese de la actividad productiva en la capital del Anoia. No obstante, la situación de la empresa, que actualmente se encuentra en situación de preconcurso de acreedores, sigue siendo incierta. La mayoría de la plantilla acumula dos mensualidades impagadas y los 10 trabajadores despedidos en el expediente presentado por Carlomagno en 2015 todavía no han cobrado las indemnizaciones acordadas.

Sandra Zahonero, abogada de Colectivo Ronda que ha asesorado a la plantilla durante el período de consultas del expediente finalmente retirado, considera que la decisión de la empresa se fundamenta en que “durante la negociación ha habido todo tipo de irregularidades por parte de Carlomagno. Retiran el expediente conscientes de que, de llevarlo adelante, es más que probable que Inspección de Trabajo hubiese emitido un informe recogiendo esas irregularidades, que suponen mala fe en la negociación, y en consecuencia, la nulidad de los despidos, que se habría declarado judicialmente”. En este sentido, Zahonero recuerda la reiterada negativa por parte del equipo negociador de Carlomagno a facilitar a los representantes legales de la plantilla información económica que permitiese contrastar la situación de necesidad e inviabilidad que la empresa esgrimía como justificación del despido. “La actuación de Carlomagno en este proceso —afirma la abogada— es una vulneración flagrante del principio de buena fe en la negociación que la legislación considera requisito inexcusable para dar validez a la pretensión de una empresa que quiere despedir a sus trabajadores. Se nos decía que Carlomagno era un proyecto inviable, pero en ningún caso se nos facilitaban los números que demostrasen que eso era así”.

Continuidad de la producción

Una vez retirado el expediente de despido colectivo, las 26 personas que todavía forman parte de la plantilla de la textil igualadina se han reincorporado a sus puestos de trabajo y han retomado la actividad. La situación, sin embargo, es del todo incierta. Sandra Zahonero recuerda que “los trabajadores y trabajadoras de Carlomagno acumulan el impago de dos nóminas, y las personas que perdieron su trabajo el año pasado, en el contexto del anterior expediente de despido colectivo, siguen sin recibir su indemnización. La prioridad de la plantilla es preservar la producción y la ocupación en la fábrica, pero la dirección de Carlomagno —propiedad de la familia Pujol Marçà— debe comprometerse con la continuidad y el futuro de la empresa. La empresa está en preconcurso de acreedores, renegociando su deuda, pero este tiene que ser un proceso destinado a encontrar fórmulas de viabilidad para Carlomagno y no simplemente a abaratar el coste final de cerrar puertas. Amenazar por segundo año consecutivo con el cese de la actividad y seguir transfiriendo fondos y activos propios de la empresa a una sociedad patrimonial controlada por los Pujol Marçà, tal y como se ha hecho en los últimos años, no es una actitud responsable ni leal con una plantilla que, en la mayoría de los casos, acumula más de 30 años de antigüedad en la empresa. Estamos dispuestos a llegar donde convenga, incluyendo por supuesto los tribunales, en defensa de la dignidad de estos trabajadores”.

En este sentido, la plantilla ha iniciado un calendario de movilizaciones que proseguirá durante este mes de diciembre, y ya ha interpuesto una demanda judicial denunciando el incumplimiento empresarial en cuanto a su obligación de abonar puntualmente los salarios (hace más de dos años que se paga sistemáticamente con dos meses de retraso de media), a los efectos de que judicialmente se acuerde la extinción de las relaciones laborales con la indemnización legal correspondiente al despido improcedente —45/33 días por año trabajado.

La histórica firma textil de Igualada retira el expediente de despido, pero tiene un futuro incierto

Sandra Zahonero, abogada de Colectivo Ronda que ha asesorado a la plantilla durante el período de consultas del expediente finalmente retirado, considera que la decisión de la empresa se fundamenta en que “durante la negociación ha habido todo tipo de irregularidades por parte de Carlomagno. Retiran el expediente conscientes de que, de llevarlo adelante, es más que probable que Inspección de Trabajo hubiese emitido un informe recogiendo esas irregularidades, que suponen mala fe en la negociación, y en consecuencia, la nulidad de los despidos, que se habría declarado judicialmente”. En este sentido, Zahonero recuerda la reiterada negativa por parte del equipo negociador de Carlomagno a facilitar a los representantes legales de la plantilla información económica que permitiese contrastar la situación de necesidad e inviabilidad que la empresa esgrimía como justificación del despido. “La actuación de Carlomagno en este proceso —afirma la abogada— es una vulneración flagrante del principio de buena fe en la negociación que la legislación considera requisito inexcusable para dar validez a la pretensión de una empresa que quiere despedir a sus trabajadores. Se nos decía que Carlomagno era un proyecto inviable, pero en ningún caso se nos facilitaban los números que demostrasen que eso era así”.

Continuidad de la producción

Una vez retirado el expediente de despido colectivo, las 26 personas que todavía forman parte de la plantilla de la textil igualadina se han reincorporado a sus puestos de trabajo y han retomado la actividad. La situación, sin embargo, es del todo incierta. Sandra Zahonero recuerda que “los trabajadores y trabajadoras de Carlomagno acumulan el impago de dos nóminas, y las personas que perdieron su trabajo el año pasado, en el contexto del anterior expediente de despido colectivo, siguen sin recibir su indemnización. La prioridad de la plantilla es preservar la producción y la ocupación en la fábrica, pero la dirección de Carlomagno —propiedad de la familia Pujol Marçà— debe comprometerse con la continuidad y el futuro de la empresa. La empresa está en preconcurso de acreedores, renegociando su deuda, pero este tiene que ser un proceso destinado a encontrar fórmulas de viabilidad para Carlomagno y no simplemente a abaratar el coste final de cerrar puertas. Amenazar por segundo año consecutivo con el cese de la actividad y seguir transfiriendo fondos y activos propios de la empresa a una sociedad patrimonial controlada por los Pujol Marçà, tal y como se ha hecho en los últimos años, no es una actitud responsable ni leal con una plantilla que, en la mayoría de los casos, acumula más de 30 años de antigüedad en la empresa. Estamos dispuestos a llegar donde convenga, incluyendo por supuesto los tribunales, en defensa de la dignidad de estos trabajadores”.

En este sentido, la plantilla ha iniciado un calendario de movilizaciones que proseguirá durante este mes de diciembre, y ya ha interpuesto una demanda judicial denunciando el incumplimiento empresarial en cuanto a su obligación de abonar puntualmente los salarios (hace más de dos años que se paga sistemáticamente con dos meses de retraso de media), a los efectos de que judicialmente se acuerde la extinción de las relaciones laborales con la indemnización legal correspondiente al despido improcedente —45/33 días por año trabajado.