La plantilla de General Cable vuelve a la huelga
La plantilla de General Cable ha convocado dos nuevas jornadas de huelga los próximos días 14 y 15 de noviembre para protestar contra el anuncio por parte del grupo italiano Prysmian, que adquirió General Cable el pasado mes de junio por una cantidad cercana a los 3.000 millones de dólares, iniciar un procedimiento de despido colectivo que afectará al menos a 91 de los 121 trabajadores de los servicios centrales de la multinacional en España.
La plantilla de General Cable ha convocado dos nuevas jornadas de huelga los próximos días 14 y 15 de noviembre para protestar contra el anuncio por parte del grupo italiano Prysmian, que adquirió General Cable el pasado mes de junio por una cantidad cercana a los 3.000 millones de dólares, iniciar un procedimiento de despido colectivo que afectará al menos a 91 de los 121 trabajadores de los servicios centrales de la multinacional en España.
Transcurridos más de 15 días desde que la dirección del grupo italiano Prysmian anunciara su intención de extinguir los contratos del 75% de los empleados de servicios centrales del centro de trabajo de la calle Casanova n.º 150 de Barcelona de General Cable, uno de los gigantes mundiales de la fabricación de cables y componentes para la industria y las telecomunicaciones, la plantilla ha convocado dos nuevas jornadas de huelga contra los despidos. Las paradas tendrán lugar los próximos días 15 y 16 de noviembre, sin descartar que, en ausencia de adelantos reales que expresen verdadera voluntad negociadora por parte de Prysmian, se pudiera acabar convocando una huelga indefinida debido a la actitud que los trabajadores manifiestan que está exhibiendo la multinacional a lo largo de los días de negociación transcurridos. En este sentido, y precisamente para denunciar aquello que fuentes de los trabajadores califican de “carencia de sensibilidad” por parte de la multinacional italiana, la huelga del próximo jueves 15 de noviembre incluye una concentración de protesta ante la sede de los Servicios Territoriales de Barcelona del Departamento de Trabajo de la Generalitat de Cataluña, ubicado en la calle Albareda 2-4, a partir de las 12h de la mañana.
Especulación inmobiliaria en el centro del conflicto
La plantilla en huelga denuncia que desde el anuncio de los despidos, la única concesión por parte de Prysmian ha estado avenirse a negociar la posible reubicación de las personas que ya sabían que podrían necesitar pero haciendo contratos con una nueva empresa del grupo multinacional. Aun así, desde la plantilla se denuncia que a pesar de algunas de las propuestas de recolocación contempla integrarlas en el servicios centrales de la propia Prysmian situados en Vilanova i la Geltrú, “también hay traslados que implican marchar en Italia o Francia y se están ofreciendo sin garantías reales y muy definidas que permitan dar un paso como este con seguridad, con todo el que implica cambiar radicalmente de vida y de país de residencia. Y en cuanto a la gente que se trasladaría a Vilanova, tampoco se dan todas las garantías exigibles. El único compromiso es de respetar la antigüedad que los afectados ostentaban a General Cable, pero nada más”.
Sergio Maldonado, abogado de Colectivo Ronda, que asesora la plantilla de General Cable, considera que «la opción de los trasladados no reduce significativamente el impacto de la decisión de desmantelar de forma innecesaria, arbitraria e injustificada los servicios centrales de General Cable y está rodeada de todo tipo de incertidumbres. De momento, Prysmian no concreta con suficiente grado de detalle qué es exactamente aquello que está ofreciendo más allá de comprometerse a respetar la antigüedad acumulada a General Cable, y parece ignorar el hecho que desde la adquisición de General Cable por parte de *Prysmian en junio pasado, se han iniciado o están en trámite de iniciarse otros procesos de despido colectivo que afectan las plantillas de General Cable a países como Francia o Alemania, así como la sospecha de que las fábricas situadas en Cataluña puedan recibir el siguiente impacto de reestructuracióndel grupo multinacional».
«La clave de todo este proceso –señalan los trabajadores de General Cable– es la voluntad de desprenderse y obtener un beneficio multimillonario con la venta del inmueble de la calle Casanova n.º 150 de Barcelona, donde están ubicados los servicios centrales de la empresa y que es propiedad de General Cable. Y la mejor prueba de esto es que el anuncio inicial de despido afectó en exclusiva a las personas adscritas a los servicios centrales que desarrollaban su trabajo ubicados físicamente en este edificio, pero no afecta en cambio a otros trabajadores de los mismos servicios centrales que no prestan sus servicios físicamente en el edificio, tal y como sucede con los delegados comerciales e instaladores».
Expediente de despido fraudulento
«Cuando se da un proceso de absorción de la magnitud de la adquisición de General Cable por parte de Prysmian –*analiza Sergio Maldonado– una operación de cerca de 3.000 millones de dólares, se pueden dar episodios puntuales de duplicidad de estructuras o puestos de trabajo, pero no de 3/4 partes de la plantilla como se plantea en esta ocasión. Actualmente, Prysmian dispone de 4 grandes centros productivos en Cataluña y con la adquisición de General Cable, pasaría a tener 7, pues General Cable tiene en este momentos 3 grandes fábricas donde trabajan más de 700 personas. Es imposible que Prysmian pueda despedir la práctica totalidad de los profesionales del servicios centrales de General Cable y seguir ofreciendo la misma tarea de apoyo logístico, administrativo y comercial con los mismos recursos técnicos y humanos de que disponía hasta ahora. Para nosotros, es muy evidente que el que se está perpetrando aquí es, por un lado, una verdadera deslocalización, pues Prysmian quiere derivar procesos que se han hecho aquí hacia Italia, Francia e islas Mauricio. Y de la otra, estamos seguros que se quiere sustituir a los trabajadores que ahora se despidan por otros mediante subcontratos que solo servirán para abaratar costes salariales, pues tendrán peores condiciones, y minimizar el pago de indemnizaciones haciendo un uso fraudulento de un expediente de despido colectivo supuestamente motivado por causas organizativas. Para Prysmian es una jugada redonda: despide abajo coste, vuelve a contratar a un coste todavía más bajo y, encima, consigue vender un gran inmueble en pleno centro de Barcelona por el cual obtendrá un enorme beneficio. Como siempre, los únicos perjudicados serán los trabajadores que perderán injustificadamente su puesto de trabajo por la decisión arbitraria empresarial de deshacerse de un inmueble, y el conjunto de la clase trabajadora del país, que voz como mediante estos procedimientos de sustitución de trabajadores se van degradando progresivamente nuestras condiciones salariales y laborales. Por todo esto hay que oponerse con firmeza a estas maniobras absolutamente fraudulentas».
