Demanda contra BlueMar Ferries

Trabajadores del ferri Barcelona-Sitges demandan a la empresa por impago

Una treintena de trabajadores de la compañía BlueMar Ferries que mantienen una demanda contra la empresa por impago de sus nóminas denuncian que casi dos meses después de haber conseguido vender el catamarán BlueCat, que cubría la ruta Barcelona-Sitges, por un valor de 3,3 millones de euros, la naviera sigue sin abonar a su plantilla la deuda que mantiene en concepto de nóminas atrasadas e indemnizaciones.

Los trabajadores afectados recuerdan que desde la definitiva suspensión de la línea marítima que unía la capital catalana con la localidad de Sitges, en el mes de junio, se han visto condenados a permanecer en una situación de “verdadero limbo”, dado que, a pesar de la parálisis total de la actividad, la empresa no extinguió sus contratos, manteniéndolos sin ocupación ni salario e impidiendo acceder a la prestación de desempleo hasta el mes de octubre en el mejor de los casos.

La naviera BlueMar Ferris, que el 4 de abril de 2016 inauguraba la primera línea regular que unía por mar Barcelona y Sitges y la paralizaba en el mes de junio, ha conseguido desprenderse del catamarán BlueCat, el único activo de valor que la empresa tenía en propiedad. La venta se ha realizado a una empresa coreana que ha pagado 3,3 millones de euros para adquirir la nave, que ya ha sido trasladada al país asiático, donde proseguirá su actividad. De momento, sin embargo, casi dos meses después de que se formalizase la transacción, BlueMar Ferries no ha utilizado este dinero para enjugar la deuda que mantiene con sus trabajadores, una treintena de los cuales decidieron en el mes de septiembre interponer una demanda judicial a través de Colectivo Ronda para exigir la extinción del contrato y poder cobrar la prestación de desempleo o buscar otro trabajo, así como el pago de la deuda salarial, que suma más de cinco nóminas, y las pequeñas indemnizaciones que les corresponden, dado que su antigüedad no era ni de un año. Por otro lado, el dinero de esta venta sigue sin aparecer en las cuentas de la empresa.

Ana Tomé, abogada de Colectivo Ronda que se encarga de asesorar a la plantilla en este conflicto, lamenta que el juzgado desoyese la petición de someter a embargo preventivo la venta del barco, que se trasladó tan pronto como la empresa hizo pública su voluntad de encontrar comprador para el buque. “En estos momentos —afirma Tomé—, no nos consta que este dinero esté en las cuentas de la empresa. La situación es grave, pues el catamarán Bluemar era el único activo de valor de la empresa y, por lo tanto, la única garantía de pago. En estos momentos, la empresa no tiene actividad para generar ingresos ni tampoco ningún activo que se pueda liquidar para conseguir fondos y hacer frente a las deudas que mantiene con trabajadores y proveedores, pero por otro lado anuncia que comprará otra embarcación para retomar el servicio”. La abogada recuerda que la situación de los trabajadores es extremadamente difícil e injusta, pues sin destinar el dinero conseguido con la venta del BlueCat a hacer frente a las pertinentes indemnizaciones y a la deuda contraída con su plantilla, la empresa ya se está planteando abrir otro negocio. La abogada considera que esta situación podría ser constitutiva de delito.

Ruta cancelada desde el verano

La inauguración de la línea marítima que unía Barcelona y Sitges el pasado mes de abril generó una gran expectativa que, desgraciadamente, no tardó mucho en disiparse. Las previsiones de ocupación no se llegaron a cumplir en ningún momento y ya desde el mes de junio la plantilla empezó a sufrir las consecuencias con los primeros impagos de la nómina. La situación, lejos de enderezarse, no hizo sino agravarse progresivamente, hasta el punto de que en el mes de agosto, en el momento álgido de la temporada turística en la costa catalana, BlueMar Ferries anunció la cancelación del servicio y el cese de su actividad, que inicialmente se tenía que prolongar hasta finales de año. Aun así, la empresa no procedió ni a despedir a sus trabajadores y trabajadoras ni a presentar un expediente de suspensión de contratos.

La compañía ha hecho públicas en varias ocasiones diferentes fórmulas para proseguir con su actividad, incluyendo la idea de trasladar el BlueCat y parte de la plantilla a la zona del estrecho de Gibraltar para operar la línea que une Algeciras y Ceuta o sustituir el moderno catamarán por un barco de proporciones más ajustadas a la demanda de servicio existente para trasladarse de Barcelona a Sitges. Lo cierto es que la empresa suspende el servicio, no paga las deudas de los trabajadores, no extingue correctamente los contratos, vende su barco por 3,3 millones de euros, anuncia en los medios de comunicación otro proyecto, también en Sitges, pero sigue sin pagar a los trabajadores los salarios que les debe desde el mes de junio y las indemnizaciones.

Trabajadores del ferri Barcelona-Sitges demandan a la empresa por impago

Los trabajadores afectados recuerdan que desde la definitiva suspensión de la línea marítima que unía la capital catalana con la localidad de Sitges, en el mes de junio, se han visto condenados a permanecer en una situación de “verdadero limbo”, dado que, a pesar de la parálisis total de la actividad, la empresa no extinguió sus contratos, manteniéndolos sin ocupación ni salario e impidiendo acceder a la prestación de desempleo hasta el mes de octubre en el mejor de los casos.

La naviera BlueMar Ferris, que el 4 de abril de 2016 inauguraba la primera línea regular que unía por mar Barcelona y Sitges y la paralizaba en el mes de junio, ha conseguido desprenderse del catamarán BlueCat, el único activo de valor que la empresa tenía en propiedad. La venta se ha realizado a una empresa coreana que ha pagado 3,3 millones de euros para adquirir la nave, que ya ha sido trasladada al país asiático, donde proseguirá su actividad. De momento, sin embargo, casi dos meses después de que se formalizase la transacción, BlueMar Ferries no ha utilizado este dinero para enjugar la deuda que mantiene con sus trabajadores, una treintena de los cuales decidieron en el mes de septiembre interponer una demanda judicial a través de Colectivo Ronda para exigir la extinción del contrato y poder cobrar la prestación de desempleo o buscar otro trabajo, así como el pago de la deuda salarial, que suma más de cinco nóminas, y las pequeñas indemnizaciones que les corresponden, dado que su antigüedad no era ni de un año. Por otro lado, el dinero de esta venta sigue sin aparecer en las cuentas de la empresa.

Ana Tomé, abogada de Colectivo Ronda que se encarga de asesorar a la plantilla en este conflicto, lamenta que el juzgado desoyese la petición de someter a embargo preventivo la venta del barco, que se trasladó tan pronto como la empresa hizo pública su voluntad de encontrar comprador para el buque. “En estos momentos —afirma Tomé—, no nos consta que este dinero esté en las cuentas de la empresa. La situación es grave, pues el catamarán Bluemar era el único activo de valor de la empresa y, por lo tanto, la única garantía de pago. En estos momentos, la empresa no tiene actividad para generar ingresos ni tampoco ningún activo que se pueda liquidar para conseguir fondos y hacer frente a las deudas que mantiene con trabajadores y proveedores, pero por otro lado anuncia que comprará otra embarcación para retomar el servicio”. La abogada recuerda que la situación de los trabajadores es extremadamente difícil e injusta, pues sin destinar el dinero conseguido con la venta del BlueCat a hacer frente a las pertinentes indemnizaciones y a la deuda contraída con su plantilla, la empresa ya se está planteando abrir otro negocio. La abogada considera que esta situación podría ser constitutiva de delito.

Ruta cancelada desde el verano

La inauguración de la línea marítima que unía Barcelona y Sitges el pasado mes de abril generó una gran expectativa que, desgraciadamente, no tardó mucho en disiparse. Las previsiones de ocupación no se llegaron a cumplir en ningún momento y ya desde el mes de junio la plantilla empezó a sufrir las consecuencias con los primeros impagos de la nómina. La situación, lejos de enderezarse, no hizo sino agravarse progresivamente, hasta el punto de que en el mes de agosto, en el momento álgido de la temporada turística en la costa catalana, BlueMar Ferries anunció la cancelación del servicio y el cese de su actividad, que inicialmente se tenía que prolongar hasta finales de año. Aun así, la empresa no procedió ni a despedir a sus trabajadores y trabajadoras ni a presentar un expediente de suspensión de contratos.

La compañía ha hecho públicas en varias ocasiones diferentes fórmulas para proseguir con su actividad, incluyendo la idea de trasladar el BlueCat y parte de la plantilla a la zona del estrecho de Gibraltar para operar la línea que une Algeciras y Ceuta o sustituir el moderno catamarán por un barco de proporciones más ajustadas a la demanda de servicio existente para trasladarse de Barcelona a Sitges. Lo cierto es que la empresa suspende el servicio, no paga las deudas de los trabajadores, no extingue correctamente los contratos, vende su barco por 3,3 millones de euros, anuncia en los medios de comunicación otro proyecto, también en Sitges, pero sigue sin pagar a los trabajadores los salarios que les debe desde el mes de junio y las indemnizaciones.